Si no encaja, no encaja.
No lo fuerces.
E igualmente, si no es tu tipo de cliente, no te esfuerces en venderle.
No será nuestro cliente aquél que busca otro tipo de beneficios y ventajas distintas a lo que ofrecemos, tiene expectativas diferentes y nunca quedará satisfecho.
Si no aprecia nuestros beneficios, todo le parecerá caro.
Ese no será nuestro cliente.
Y si no es lo que necesita realmente, lo mejor es decírselo.
El cliente apreciará la honestidad de no quererle vender algo que no necesita.
Y si esta vez no se convierte en cliente, tendremos más posibilidades de que pueda serlo en un futuro cuando cambien las circunstancias, pues nos habremos ganado su confianza.

Hay que saber decir que no y no perder tiempo ni esfuerzo con quién no va a apreciar de ninguna manera nuestro producto o servicio ni con menor precio.
Hay problemas del cliente que no podemos solucionar nosotros.
Ni podemos vender a todo el mundo.
Si forzamos, pasará como con el enchufe de la foto de cabecera de esta publicación:
Que tarde o temprano dará problemas.
Generalmente más temprano que tarde.
Si no encaja, no encaja…
(Adaptado de «Vender Más y Mejor»)
Eres bienvenido a la newsletter:
2 Comentarios