LA RECETA MILAGROSA DE TODA VENTA

busca la felicidad de tus clientes

A veces miramos y no vemos.

O vemos, pero no miramos. Como prefieras.

Sucede todos los días.

A mí me sucedió hace poco.

Te cuento.

Estaba en una farmacia a la que voy habitualmente, esperando mi turno.

Mientras tanto, mi mente y mi mirada deambulaba por las estanterías de la farmacia, las cuales había visto muchas veces, aunque siempre sin prestar mucha atención.

Sin saber por qué, me fijé en una estantería pequeña que supongo llevaba allí mucho tiempo, pero en la que nunca me había detenido.

Era la típica de cajitas de hierbas para todo tipo de dolencias, para el estrés, el insomnio, la digestión, la relajación, etc. Nada nuevo que no hubiera visto otras veces.

Cuando de repente la veo.

Entre todas las cajas veo una que pone: «Felicidad».

¡Ah! Allí estaba.

Nunca me había fijado, y allí estaba, por fin.

La panacea. El bálsamo de Fierabrás. El Santo Grial. El remedio de todos los males.

Había encontrado en una pequeña cajita la receta secreta que todos buscamos.

La Felicidad. Y a la vista de todos.

Aunque nadie se fijaba en ella.

No estaba escondida, pero había que mirar con detenimiento para encontrarla.

Llegados a este punto, muchos lectores, sobre todo los escépticos, se preguntarán:

«Raúl, ¿y qué tiene que ver todo ésto con las ventas y el vendedor…?»

Bueno, pues tiene que ver. Y mucho.

¿Acaso no es la felicidad lo que todo vendedor está buscando en todo momento?

Entre otras cosas, buscamos la satisfacción y la fidelidad del cliente.

Y en última instancia, la felicidad del cliente. Y en consecuencia también la del vendedor y la de la empresa.

En cada mail. En cada conversación. En cada visita.

En cada problema que surge durante el proceso de venta.

En cada presupuesto. En cada pregunta. En cada respuesta. En cada objeción.

En el día a día con los clientes.

Buscamos su felicidad y resolver todos sus problemas con nuestros productos y servicios, y con nuestra ayuda.

Es el ingrediente necesario para que toda venta prospere.

Pero a veces no sabemos mirar con detenimiento.

No prestamos atención, por lo menos no la suficiente, para descubrir dónde está la cajita de felicidad de cada cliente que, seguramente, también estará a la vista.

Y hasta discutimos llegado el caso, sobre todo si perdemos la venta. Por no encontrarla, por no haber sabido encontrarla, por no fijar nuestra mirada en la dirección adecuada.

Pero seguro que allí estaba.

Solo hay que ver. Y mirar.

De forma consciente. Deliberada. Sabiendo lo que buscamos.

Detectando tanto las necesidades como las motivaciones y deseos particulares del cliente.

Aquellas que nos lleven a encontrar su cajita de felicidad.

¡Ay! y cuantas ventas se han perdido por no haberla encontrado… o por creer que sabíamos dónde estaba.

Por ello, búscala en todo momento con tus clientes. Y ten abiertos tus ojos y el resto de tus sentidos en cualquier contacto con cada cliente.

Cuando la encuentres, ten por seguro que venderás más y mejor.

Y serás más feliz.

Tú y tu cliente.

Nada más.

Y nada menos.

Fin de la historia.

Más ventas felices aquí: https://consejosdeventas.com/libros/




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