VENTAS CON CORAZÓN

vender desde el corazon

VÉNDELE AL CORAZÓN DE TU CLIENTE

«El corazón tiene razones que la razón ignora”(Pascal)

Aristóteles creía que el corazón era la sede de las emociones, funcionando como un todo con el cerebro.

Incluso los antiguos egipcios pensaban que el corazón era el punto de acceso a las emociones, el alma y las fuentes superiores de conocimiento.

De hecho en la momificación el corazón era el único órgano que no se extraía. Según el Libro de los Muertos el viaje al más allá terminaba en el juicio de Osiris, en el cual el corazón era pesado en una balanza, contrapesado con una pluma (símbolo de la Verdad y la Justicia Universal), situada en el otro platillo.

Hoy en día, a pesar de que asociamos al cerebro como el centro de las emociones, la intuición y seducción del corazón siguen impregnando todo lo que hacemos.

Incluido nuestro lenguaje, con cientos de frases al respecto:

«Tiene un gran corazón», «le rompió el corazón», «dame tu corazón», «no tengo corazón para hacer eso»…

De hecho, es el símbolo universal del amor. Y también tiene un papel muy importante en todas las religiones.

Nos llevamos la mano al corazón cuando queremos decir algo con total sinceridad. Y cuando no sabemos que hacer… le preguntamos a nuestro corazón.

Y es que la vida es un círculo.

Muchos no lo sabrán, pero resulta que el corazón también tiene neuronas, más de 40.000, y toda una red de neurotransmisores.

Como has oído.

Tu cerebro no es el único «órgano pensante y sintiente», aunque sea de forma distinta.

«La cabeza construye el puente, pero es el corazón el que lo cruza» (Nisargadatta)

Entre otras funciones, el sistema neuronal del corazón estimula la producción de hormonas como la oxitocina (la hormona del amor, las relaciones sexuales y los lazos entre la madre y su bebé) e inhibe la producción de hormonas del estrés (adrenalina, dopamina).

Se ha medido también el campo electromagnético del corazón y se ha visto que su intensidad es mucho mayor que la del cerebro. Y se ha observado que cambia en función del estado emocional, cuando tenemos miedo, estrés, etc.

La actuación, independiente, de sus neuronas y su frecuencia cardiaca tiene mucho que ver con emociones y pensamientos positivos, y también con la ira, instinto, el miedo y la desconfianza.

Esa que a veces sienten los clientes…

A veces conectamos a la primera, nada más conocernos, con ciertos clientes y con otros no. Una especie de comunicación emocional que no podemos explicar.

Podemos «intuir» que el corazón puede procesar información y que es capaz de influir  en el cerebro al estar conectado con la amígdala cerebral. El corazón es capaz de anticipar su respuesta ante un estímulo que aún no ha podido ser percibido ni procesado por el cerebro.

De hecho, incluso su ritmo y frecuencia cardíaca cambia de forma distinta, antes de tomar una decisión consciente, dependiendo de si esta decisión es favorable o no para nosotros, según un estudio basado en un juego de toma de decisiones.

Lo que pasa es que no siempre, y no todos, somos capaces de «leer o sentir» correctamente los mensajes que nuestro cuerpo y nuestro corazón nos manda. Pero eso ya es otra historia.

¡Ah! y no acaba aquí la cosa.

Resulta que podríamos también hablar de un «cerebro intestinal».

100 millones de células nerviosas incrustadas en las paredes del tracto intestinal.

Con más neuronas que la espina dorsal, el llamado sistema nervioso entérico actúa independientemente del sistema nervioso central.

Vaya, ahora «siento mariposas en el estómago»…

Puede funcionar de forma autónoma, aunque está interconectado con el cerebro craneal. Pero hay una actividad química recíproca entre ambos.

También influye en nuestras emociones, percepciones y en nuestros comportamientos. La mayoría de la serotonina del cuerpo, se estima que en torno al 80% o 90%, se encuentra en el tracto gastrointestinal. La serotonina es un neurotransmisor que afecta a muchas funciones corporales y está también está asociada a muchos trastornos psiquiátricos. Su concentración puede verse reducida por el estrés e influye en el estado de ánimo, la ansiedad y la felicidad.

Todo ello sin contar con la flora microbiota (y lo fundamental que es tener una flora intestinal equilibrada) que actúan casi como otro actor independiente al respecto en toda esta «inteligencia visceral».

Por cierto: ¿Dónde deja todo esto al cerebro triuno? (ver post al respecto aquí)

«Una buena cabeza y un buen corazón son siempre una combinación formidable.» (Nelson Mandela)

Desde siempre sabemos que el corazón arrastra a la cabeza.

Sus neuronas influyen en nuestras reacciones y también en las decisiones de compra.

Y no es una corazonada…

Bueno, hemos dicho muchas veces que hay que llegar al corazón de tu cliente.

Empatizar y conectar con él.

Ahora sabemos un poco mejor el motivo.

Se puede vender al corazón.

Y desde el corazón.

Lo que siempre hemos dicho.

Círculo cerrado.

P.D.: Más ventas con mucho corazón aquí: https://consejosdeventas.com/vender-mas-y-mejor/




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